jueves, 30 de julio de 2020

Ella empezó la guerra....

 Hay ocasiones en las que tengo oportunidad de sumergirme en mis más profundos pensamientos sobre el mundo de la motocicleta durante largo tiempo, y no me refiero a cuando me voy a dormir, y la mayoría de las veces llego a la misma conclusión, la de la suerte que hemos tenido los que como yo, tuvimos ya sentido común en estos de las motos a finales de los años '80 del pasado siglo.
 Hemos podido asistir en directo a la evolución brutal y fulgurante que tuvo el mercado en diferentes clases o categorías, la historia de las pequeñas y sofisticadas 125 de 2 tiempos, el nacimiento y declive de las equilibradas 750 cc, la aparición de las deportivas de 600 cc el acoso a las grandes motos deportivas de litro por la ligera CBR 900 RR que dio lugar a la nueva estirpe de motocicletas de 1000 cc deportivas, al nacimiento de las grandes motocicletas de campo en los '80 que llamaríamos dakarianas en honor a tan insigne carrera y que yo veo más como un lavado de cara hacia el asfalto de las motos de campo para poder seguir vendiéndolas después de su década prodigiosa de los años '70, al resurgimiento de la motocicleta Europea de gran cilindrada en los '90, la creación del mundial de SBK y  la vuelta de los 4 tiempos al mundial de velocidad.... muchas y variadas historias en prácticamente 4 décadas.




 ...esta guerra comenzó por una belleza italiana llamada Gilera KZ....


 Hoy me quiero recrear en aquellas 125 2 tiempos italianas que tanto nos enamoraron de adolescentes (las hubo también japonesas, pero de "diseño" europeo en su mayoría), siglas como AF1, Freccia, Mito, KZ, Mito....nos hacían volver el cuello sin parar por las calles de nuestras poblaciones llegando más de una vez con tortícolis a casa por la tarde. Aquello fue una lucha sin cuartel por parte de las marcas italianas principalmente, que nos sacaban evoluciones o motos nuevas como churros la churrera el domingo por la mañana. Existió tal carrera tecnológica que los modelos nuevos podían dejar obsoletas a sus antecesoras de un año para otro, y a modo de efecto secundario, propició la evolución indirecta de otras categorías de motocicletas de mayor cilindrada que veían como unas pequeñas motos humeantes y chillonas llevaban mejores chasis, frenos, suspensiones y ruedas que ellas y que si no fueran por sus mucho más potentes motores caerían abrasadas por estas en las carreteras secundarias de los fines de semana.
 Esta evolución también llegó a sus hermanas de fuera del asfalto, donde más se noto lo fuerte que podían pegar las 125, ya que gracias a sus menores pesos y potencias muy cercanas a lo que realmente podían dar los pesados monocilíndricos 4 tiempos de la época, las mucho más elaboradas partes ciclistas de las 125 se merendaban a muchas "motos grandes" a la hora de ir gas a fondo serpenteando por pistas, roderas o simple campo a través.
 Y esta carrera, esta guerra tuvo un comienzo, y como muchas batallas de la antigüedad, fue por una belleza femenina, en este caso por una belleza italiana llamada Gilera KZ 125.

 Como comenté antes, la década de los '70 había sido la edad de oro para las motos off road en todas sus vertientes, enduro, cross o trial, incluso empezaron varias familias de las nuevas trail de media cilindrada encabezadas por la popular Yamaha XT 500 y amparadas bajo la sombra del rallie Dakar o la Baja California y sin duda todo ello auspiciado porque el principal mercado de entonces, el americano, era muy aficionado a la moto de campo, pero empezando los años '80 el nuevo y joven comprador de motocicletas en Europa echaba de nuevo la mirada al asfalto, y esto sobre todo se apreciaba en Italia, donde se repuntaba una buena demanda de motocicletas de carretera de media o baja cilindrada principalmente.
 Ya desde principios de los '80 existían motocicletas de octavo de litro por parte de los fabricantes italianos con motores modernos refrigerados por agua, en 1981 Aprilia presentó la Strada ST 125 con motor Hiro Motori, y aunque presenta un moderno sistema monoamortiguador trasero su estética desnuda es todavía claramente de inspiración en las grande motos japonesas de los '70, luego muy rápidamente llegaría la evolución llamada STX que principalmente tendría cambios estéticos y la AS 125 en 1985, otra remodelación de la ST/STX en la que básicamente se cambiaba el motor Hiro por un Rotax.
 Por otro lado Gilera en la primera mitad de la década también tenía una moto de similares características y prestaciones como fue la RV 125, Cagiva tenía la Aletta Oro 125 S1 y Honda Italia presentó la NS 125.
 Pero la primera bala la disparó Gilera en 1985 con  la presentación de las KZ y KK 125, las primeras octavo de litro que reunían  los requisitos para considerarlas como la primeras 125 modernas que darían  identidad a este segmento de motos.
 Una estética agresiva con aires tal vez a las saga VF de Honda, la KZ fue moto del año en Italia en 1986, diseñadas ambas (KZ y KK)  por Luciano Marabese, tenían unas líneas que daban un nuevo aire moderno que rompía con todo lo anterior, ya que exceptuando la Cagiva, todas sus oponentes eran motos desnudas. La KK por diversos motivos no fue puesta a la venta hasta finales de 1986 y cuando estuvo dispuesta no gozó de las ventas de su hermana.
 Nos centraremos pues en la KZ, la que realmente tuvo más ventas y efectividad en la carretera y circuito, con su carenado dividido en dos partes con una larga y grande quilla que alojaba la batería y su instalación, colocada allí para bajar el centro de gravedad de la moto. La parte superior sería un conjunto cúpula, frontal de una sola pieza que tapaba el tanque de gasolina, al que se accedía abriendo lo que parecía el auténtico depósito por medio de una bisagra, y junto a este se encontraba el depósito del aceite para la mezcla con la gasolina y el bote de expansión del radiador.
 El chasis vislumbraba un doble viga en acero al que se unía una horquilla delantera Ceriani de 36 mm de diámetro con el inevitable antihundimiento de la época graduable en tres posiciones, en algunas unidades, casi todas en Italia,  podía darse el caso de montar una horquilla Paioli sin el sistema antihundimiento, claramente de mejor efectividad y funcionamiento que la Ceriani.
 Detrás llevaba un sistema monoamortiguador con basculante en acero, bieletas progresivas y un amortiguador Corte & Cosso ajustable en precarga. En los frenos contaba con discos y pinzas Grimeca de 240 mm de diámetro, con doble pistón delante y simple pistón detrás. Las preciosas y particulares llantas signos de identidad de esta moto también eran Grimeca, de 16" en ambos ejes para la monta de neumáticos en medidas 100/80-16" y 120/80-16". La preciosa KZ daba en la báscula un peso algo superior a los 120 kg en seco, toda una peso pluma para la moto y la categoría.
 Su potente motor tenía unos 24 cv a 99000 rpm  para otorgarle la increíble velocidad para una 125 de casi 155 km/h. Este contaba con un nuevo cilindro con 12 transfers y una nueva válvula de escape de accionamiento mecánico con cámara de resonancia, era una mezcla entre el sistema de Yamaha YPVS  y el sistema de resonancia de Honda APTS. Se accionaba mediante un mecanismo centrífugo de bolas de metal que la abriría gradualmente hasta las 7500 rpm que es cuando quedaba totalmente abierta, a la vez que se abría la válvula de escape se cerraba la cámara de resonancia y ello producía una mejor circulación de los gases de escape según el rango de revoluciones a que se circulara para producir la mejor respuesta posible del motor.

 El sistema de escape salía hacia la izquierda discurriendo entre el cilindro y el chasis, para luego discurrir por debajo del sillín donde tendría su cono de expansión, acabando en un bonito silencioso en la parte izquierda del colín.
La alimentación se encargaba a un Dell'Orto PHBH 28 con la admisión por láminas de acero al cilindro y el encendido era de avance variable, todo un hit tecnológico para la época y para la clase de moto, como también lo era la finura mecánica de su propulsor gracias a la adopción de un eje de equilibrado contrarotatorio ligeramente desfasado.
 También a nivel de equipamiento e instrumentación la KZ estaba muy bien equipada con nuevos y ergonómicos mandos, y un completo cuadro de relojes y testigos de fácil lectura, así como arranque eléctrico incluso con marcha engranada, aunque también seguía teniendo la opción del arranque clásico a patada.






... las características eran todas las mismas para la Gilera KK...











 Todas estas características eran las mismas para la KK 125, pero esta presentaba como diferencia principal que en búsqueda de un mejor centro de gravedad  tenía un doble depósito de gasolina, uno igual que en la KZ en la posición tradicional y otro situado en la quilla de la moto. También otras sutiles diferencias estaban en un escape optimizado con respecto al de su hermana, carencia de patilla de arranque,  un desarrollo final algo más largo y diferentes ajustes de suspensiones así como también otros ajustes distintos en carburación.
 La KK tenía un par más de cavallos de potencia y una velocidad punta algo superior a la KZ pero en aceleraciones y recuperaciones penalizaba ante su más ligera y briosa hermana, su comportamiento general también era menos radical que el de la KZ y luego contaba con el laborioso sistema de doble depósito antes comentado que le obligaba a un sistema eléctrico doble de alimentación con dos bombas de gasolina que presentaba algún que otro problema con el tiempo.
 Siguiendo con la KZ el rendimiento general de ella según los probadores de la época era muy alto y al mismo nivel o superior a motocicletas de 250 cc 2t de pocos años antes, con un motor que subía con alegría de revoluciones y no daba la sensación de desintegrarse manteniendo altos regímenes de giro.  También la parte ciclista recibía bastantes alabanzas, a pesar del antidive delantero las suspensiones cumplían sorprendentemente bien cuando se les exigía un comportamiento deportivo, los frenos eran buenos comparados con lo que había entonces y la moto casi la podías llevar de curva en curva o de ángulo a ángulo con el pensamiento. Comparada con su antecesora la RV y con la competencia en general, la KZ 125 estaba al menos dos pasos por delante en todos los aspectos posibles. Pero Gilera no quiso dar el trabajo por terminado y cuando apenas había comenzado la comercialización de la KZ ya tenía una evolución preparada, la KZ 125 Endurance, y el motivo principal era la creación de una copa monomarca con esta moto.
 La Endurance apenas variaba con la KZ normal en colores, la posibilidad de montar una tapa para el asiento del pasajero y la adopción de un nuevo doble faro cuadrado que le daba una imagen más agresiva y bonita a la moto, siendo la primera 125 en adoptar esta solución. La KZ Endurance se comercializó en 1987, y con ella se puso  también a la venta el kit de transformación para la KZ "normal" a Endurance, así como también otro kit de competición para participar en la copa Gilera KZ que constaba de neumáticos Pirelli, latiguillos de freno, Kit de carburación, escape Gianelli y pastillas de freno Brembo.
  La guerra había comenzado, las demás casas italianas con intereses en la cilindrada no tardaron en reaccionar y produjeron motocicletas si cabe de más nivel tecnológico y de más potencia, Aprilia contraatacaba con la AF1 y Cagiva ponía en escena la aerodinámica Freccia C-9 diseñada por Massimo Tamburini, comenzando así una escalada de modelos, potencias y velocidades que llegó hasta la mitad de la década de los '90 y que sólo fue frenada sin duda por la crisis económica de algunos de los contendientes y por las nuevas normas de carnet y limitaciones impuestas por algunos países que mataron el segmento.





... ya tenía otra evolución preparada, la Gilera KZ Endurance....














 Pero durante casi 10 años pudimos disfrutar de un sinfín de modelos de 125 2t que en su día nos daban lo mejor que había en motores y tecnología de la época, y no solo en el asfalto, esta guerra también se libró en el campo y en menor medida en el nuevo segmento de las 125 Fun o SM, como fueron las Supercity de Cagiva o la Gilera Freestyle.
 Fué una década que nos hizo soñar, babear, y si tuvimos la suerte de ser el poseedor de una de estas motos, de hacernos sentir pilotos oficiales montando estas ligeras, aulladoras y potentes máquinas con las que nos lanzábamos a nuestras carreteras de montaña favoritas a la búsqueda y captura de alguna congénere o si podía ser a la caza de alguna moto gorda a la que acosar y derribar como hacían las jaurías de lobos acorralando a algún gran ciervo.

 Si señores, puedo decir orgulloso que yo viví la época de las 125...

Via Conocimientos propios, 125stradali.com y motorcyclespecs.za.com