lunes, 3 de junio de 2019

IV Batalla de Clásicas, luchando contra los elementos

 Este pasado sábado 25 de mayo disputamos la IV edición de la Batalla de Clásicas en el circuito de Guadix, nuestra cuarta participación, pero la primera en todo menos en correr, estrenábamos nueva estructura, totalmente desligados del pasado y estrenábamos moto, diferente a la de las tres ediciones anteriores, ahora participábamos con una Kawasaki GPX 600 R ex-Kawas Viejas.

 Antes de iniciar esta crónica quisiera pedirles PERDON a todos los implicados en el equipo por mis errores en la puesta a punto de la moto y por las incidencias que sufrimos con ella durante las tres horas de carrera, no quiero poner excusas en ello, pero se me notó que no soy un profesional en la mecánica, y aunque puse todo mi empeño en ella sufrimos de algunos percances técnicos con la moto que si bien algunos fueron impredecibles, otros la verdad si fueron por descuido mío.






 Con la moto y todos los pertrechos colocado en el box junto a la impresionante CBR 600 F1 del team GALIASTUR del buen amigo Mamel Coto y compañía, que se marcaron 1000 km desde Asturias y Galicia para venir a correr. Nos disponemos después de las pertinentes verificaciones técnicas y briefing de pilotos a salir al primer libre de la mañana. La pista está bastante fría y decidimos que salga yo con la moto que en cierta forma la he parido y se me supone que mejor la conozco. Una vez en pista la cosa está mal, la moto no pisa con firmeza y no tiene agarre ninguno en curva, muy cabezona y en mitad de la tumbada con continuos movimientos laterales de la rueda delantera que no dan nada de confianza. Vuelvo a box y experimentamos con las presiones durante diferentes vueltas, pero seguimos igual. También presentamos otro problema, la moto ratea bastante hasta las 7000 rpm, donde se dispara sobrepasando la zona roja de 10000 rpm llegando hasta el tope de 13000 y porque el motor no estira más, de prestaciones andamos sobrados, el 4 en 1 que le pusimos desde luego cumple las expectativas.

 Salimos al segundo libre con la misma falta de agarre en mitad de la curva y el rateo al caer la moto de vueltas, decidimos parar y cambiar llantas y neumáticos  por otras que tenemos con las que rodamos hace dos semanas y con las que no apreciamos problemas, no vaya a ser que alguna llanta de las que montamos hoy este dañada, pero aunque en menos medida,  seguimos con problemas parecidos. Como la temperatura del asfalto ya ha subido bastante empiezo a pensar que realmente nuestro bajo ritmo en pista sea el culpable de la falta de agarre y estabilidad en curva de la moto al no pillar temperatura óptima los neumáticos.
 Ahora con la vista en todos estos acontecimientos ya pasados supe el porqué de este comportamiento anómalo de la horquilla, llevábamos un retén de horquilla dañado perdiendo aceite, pero en poca cantidad y aún no se como no lo vimos entonces, perdón, como no lo vi yo entonces.
 Nos queda un libre más y el cronometrado, pero nos lo tomamos con tranquilidad, nos da igual clasificar delante o detrás, más bien detrás, claro, y la carrera es larga y me veo luchando más por terminarla que por competir una plaza a otro equipo.

Entre el último libre y el cronometrado caemos en la cuestión gracias a un buen amigo de que la moto la llevamos bastante capada....se me olvidó vaciar el silencioso del escape y va cegado de fibra, aparte de que la cánula central se ha soltado y la fibra tapona totalmente la salida del silencioso. Rompemos remaches y sacamos una gran cantidad de fibra, dejando el silencioso completamente vacio, y lo volvemos a remachar gracias a Mamel que parece una ferretería andante por todo lo que lleva, ¡Gracias Mamel!.
 Ahora la moto suena a moto de carreras de verdad, y si antes estiraba ahora no os cuento, porque si bien el motor ratea, la verdad es que se le nota una gran potencia, que lástima no poder aprovecharlo.
 El tema del rateo lo tenemos claro, en los carburadores alguna cuba, o todas, están mal niveladas en sus flotadores y los carburadores se encharcan, se ahogan en gasolina al cortar gas, rateando la moto en todo régimen hasta que sube de vueltas tanto que necesita toda la gasolina que puedas darle, con razón tiraban gasolina nada más pararla, teniendo que cortar el grifo.
 Mi hermano coge la moto en el turno de los cronometrados, más que nada por cogerla y hacerse a ella, aún no ha tenido oportunidad, llevamos más tiempo en los entrenos rodando con la mano levantada que haciendo tiempos, y el tiempo que hagamos para salir es lo de menos. Con que la moto vuelva a box al acabar la sesión en una pieza nos conformamos.



....llevamos más tiempo en los entrenos rodando con la mano levantada que haciendo tiempos...







Cambiando un poco el tema, pasamos a lo mejor del día, la visita de un buen número de AMIGOS con mayúsculas de los que me faltaría letras, páginas y blog para hacer referencias a todos y del buen rato que nos hicieron pasar durante la Batalla dentro del día de imprevistos e inconvenientes que sufrimos.  Dentro del box,  detrás de la moto se montó un catering digno de una buena celebración donde no faltaron los quesos, fiambres, chacinas, tortillas, anchoas......y cerveza claro, aunque prometo que no probé una hasta acabar la Batalla.
 AMIGOS que nos tranquilizaban en momentos de nervios, que nos ayudaron en lo que pudieron como Tomás Centeno Estrada, que nos hizo de paragüero, pizarra, toma de tiempos y repostaje y otro buen amigo cuyo nombre prefiere el anonimato que nos hizo de mecánico improvisado y fue el culpable directo de que acabáramos la carrera, ¡Gracias a tod@s de nuevo!



 Comienza la Batalla, salimos penúltimos, es la primera vez que hago la salida, estoy muy nervioso, veo la moto enfrente mío y a mi derecha una interminable fila de pilotos que se que en las próximas tres horas de carrera ya no voy a tener tan cerca en la pista porque saldrán despedidos alejándose de mi lento ritmo, miro la bandera del comisario, miro el semáforo en rojo, ya se me ha olvidado el procedimiento de salida, ¿era la bandera?, ¿era el semáforo?, ¿ambas cosas a la vez?...pensando en ello baja la bandera y todos salen corriendo a por sus motos, reacciono como un autómata pero siento mis piernas como si flotaran en el aire, quiero correr más pero mis piernas van por su lado y mis intenciones por subirme a la moto por otro, consigo llegar a la moto, subirme en ella y meter primera  pensando en el rateo que tiene al acelerar y si se calará al salir,  la acelero a fondo y suelto embrague y la GPX responde de manera suave acelerando a fondo sin titubeos levantando ligeramente rueda lo que me hace difícil girarla para tomar la recta, pero logro encabezarla y adelantar a un rival entrando pues en la primera curva antepenúltimo. Comenzamos esta primera vuelta en la que tanteando con cuidado veo bastantes mejoras en el tema de agarre y entrada a curva, incluso el titubeo de la moto a mitad de la inclinada casi ha desaparecido, pero aún tiene un ligero movimiento lateral que al intentar ir a más hace que pierda apoyo la rueda delantera. Al primer paso por meta veo bandera roja a la entrada de recta de meta y pasando por la misma a baja velocidad veo el display rojo también al final de meta y la Yamaha del equipo Vimoto tumbada en la grava, pero detrás de ellos hay bandera verde en el resto del circuito; incomprensible para mi la situación, pensando que se había detenido la carrera casi soy adelantado por mis perseguidores pero acelero a fondo y vuelvo a marcar diferencias.



                              .... comienza la batalla...


 Consigo un ritmo medio decente para lo que soy capaz de rodar, teniendo en cuenta nuestros problemas de agarre en curva y el continuo rateo del motor, que se ahoga mucho al dar gas saliendo de curva,  en estas primeras vueltas que son las casi las únicas en la que la moto rodó medio decente es cuando conseguí mi mejor tiempo personal, un segundo más rápido que el año pasado con la anterior moto con la que corríamos, pero este año nos quedamos con las ganas de saber hasta cuánto podríamos haber mejorado en el vuelta a vuelta, ya que también mi hermano Mario mejora sus cronos con respecto al año pasado,  habrá que esperar a la próxima edición de la Batalla para saber hasta donde hubiéramos llegado.
Un par de vueltas después empiezan los problemas, en la frenada para entrar a la curva 15, sin duda la más fuerte de todas, revienta el otro retén de horquilla y la moto se vuelve inconducible, no tenemos suspensión delantera alguna, imposible frenar en condiciones y menos trazar curva a alta velocidad, paro en box y veo la carrera perdida.
 Pero en los momentos más duros pueden aparecer ángeles salvadores, en este caso un buen amigo de uno de los integrantes del equipo, mecánico él, nos desmontó la horquilla, sacó muelle, hizo no se que apaño, rellenó con lo que teníamos, aceite de motor, volvió a montar y nos dijo que no iría bien pero que aguantaría seguramente la carrera,  así que no forzando en frenadas y con cautela en las tumbadas en curva  salimos a pista con una horquilla que se aguanta por los pelos y un motor que ratea ahogándose cuando se le abre gas al salir de curva.
 La carrera sigue más o menos sin algún otro incidente, sinceramente no me acuerdo bien de los relevos que hicimos en tiempo o modo ya que mi nerviosismo en estas horas me ha hecho perder algo de memoria, de lo que si me acuerdo es que al bajar de la moto o comprobar los diferentes relevos hubieran salido más o menos bien, miraba a la parte trasera del box y veía a nuestro amigos disfrutando de una abundante mesa de bebida y comida que animaba a olvidarse de todo y enfrascarse en conversaciones amenas y divertidas, bajo la música de los Toreros Muertos que salía del coche de Pepe Andujar, que se convirtió sin duda en el rey de la fiesta y el personaje del día, ¡jajajaja!.
 Llegando mi hermano a hacer un cambio de piloto, o eso creo que le tocaba, llega diciendo no con la cabeza, se ha escapado un tornillo de la estribera izquierda y esta se ha soltado no pudiendo hacer correctos cambios de marcha, este al menos es un mal menor, buscamos un tornillo que sirva, le echamos fijador de tuercas y echamos a la pista a la moto con mi primo Cisco subido a ella.
 Me giro para buscar a mi hermano y lo veo fuera del box por detrás sin quitarse el casco, está llorando de impotencia, él se encuentra bien de sus problemas de muñeca y ve que la moto quiere y no puede, y la mala suerte que hemos tenido con la horquilla nos ha terminado de minar la moral, y encima cosas como esto de la estribera...me siento mal por él, todo el año trabajando para fallarle, para fallarle a mi primo, para fallar a todos los que nos animan....pero terminaremos, aunque sea en primera y a punta de gas y tengamos que correr 6 horas esta Batalla la terminamos, no nos retiraremos.
 Cisco también entrará con el mismo problema de la estribera a box antes de hora, buscamos otro puñetero tornillo y lo bañamos en fijador de roscas, si es preciso pasamos de tornillo y colocamos una brida, lo que sea, pero que no se afloje más por Dios!!. Luego de unas vueltas me toca mi turno, y un poco antes de ponerme el traje de faena veo que mi bota izquierda ha perdido la parte superior que protege el empeine del pie, corriendo rebusco en la caja de herramientas un rollo de cinta americana negra para encintar la bota, ¡Pero que más nos puede pasar hoy!.


                            

... la carrera sigue y la moto falla cada vez más y paro en box...













 Ya no se las vueltas que llevamos, pero decidimos repostar al empezar el cuarto  ya que parece que la moto no está consumiendo mucho al no poder ir rápido con ella, mi hermano sale y empieza su turno, conscientes de los problemas que tenemos, en que lo principal es no apurar mucho en frenadas y en las curvas más que pensar en la trazada, pensar en el momento que la moto se cae al interior de la curva para salvar la caída,  Lo del rateo ya da igual, pero parece que la cosa va a peor y la moto ya ratea en todas las revoluciones. Volvemos a pista, mirando la clasificación vamos en el puesto 10º de 13 participantes y 7º en la clasificatoria de supersport, alguien por ahí lo tiene que estar pasando peor que nosotros, como nuestro amigo Mamel, cuya CBR se ha quedado sin bomba de agua y se recalienta el motor a cotas peligrosas, teniendo que parar cada 4 o 5 vueltas y parando otras tantas a enfriar.
 Tengo otro relevo que hacer, me coloco la chaqueta, el casco, los guantes y cuando tiró de la cremallera de el brazo derecho me quedo con el tirador de la cremallera en la mano, esto es insoportable, cuantos inconvenientes me van a caer más encima, dicen que a perro flaco todo son pulgas, pues a mi persona lo mismo, no se que más me puede pasar a mi o a la moto en esta Batalla.   La moto está esperando en la puerta del box; da igual, no hay prisa, ya subiré en ella más tarde que temprano. Buscamos un par de bridas de plástico y cerramos con ellas mi antebrazo, entre estas y la cinta americana voy pareciendo un robocop barato... Cuando me dispongo a subir a la Kawa  observo que el tornillo que sujeta la quilla en su parte de atrás junto a la infame estribera que lucha por vivir por su cuenta lejos de la moto ha decidido hacer lo mismo, tomando las de VillaDiego, abandonando su lugar y dejando la quilla huérfana de su apriete y sujeción. Esta vez Alberto Peraita toma el toro por los cuernos y con la brida más vistosa y brillante que he visto en mi vida de color naranja fluor enlaza rápidamente la quilla con su sujeción en el chasis de la moto, estamos listos de nuevo, volvemos a la pista. La carrera sigue y la moto falla cada vez más y paro en box, rellenamos gasolina porque pensamos que al vaciarse el tanque el grifo puede que no esté actuando bien, entonces es cuando se me enciende la luz esa que algunas veces tenemos y pienso en mi ZXR, que da igual el grifo de gasolina que le pongas, siempre tira gasolina a no ser que lo lleves abierto a mitad de recorrido, y lo pongo en práctica con la GPX, dejo el grifo a mitad de camino entre abierto y cerrado y salgo a correr los últimos 15 minutos escasos de carrera. La GPX es otra, ratea, si, pero bastante menos y responde mucho mejor saliendo de curva, pero en contra al estirar marchas se queda corta de gasolina, debiendo entonces abrir un poco el grifo de gasolina sobretodo en la recta de meta si queremos que siga empujando, así que fijaros que plan, problemas de suspensión aparte, llegas a una frenada, la haces bastante antes de lo que debieras para no fustigar la horquilla y con el gas levemente abierto para que no caiga de revoluciones el motor, sales de curva y abres gas a 3/4 de recorrido para no ahogarla en exceso y una vez que coges revoluciones si la recta lo permite abres el grifo de gasolina unos segundos para volver a cerrarlo un poco otra vez antes de la siguiente frenada....me río yo de los que dicen que pilotar una sbk moderna con tantos botoncitos y controles es complicado.
 Pero poco a poco la GPX se va apagando, el truco del grifo lo ha descubierto y dice que no corre más engañada y cada vez va a menos, parece mentira, estamos a unos minutos de acabar y se quiere parar ahora, bajo el ritmo bastante e intento de todas las formas posibles que llegue a meta y ver la bandera a cuadros, el rateo es incesante y agotador, voy a soñar con ese ruido durante muchos días, reducimos marchas en la recta para llevar el motor alto de vueltas y siga empujando, y conseguimos pasar por fin bajo la bandera de cuadros acabando la Batalla, la hemos acabado pese a las adversidades, pese a los elementos, parodiando tan célebre frase, mandamos a nuestra moto a luchar contra otras motos, no contra las averías, pero ha vuelto a casa entera aunque renqueante, prometiendo guerra sin cuartel para la próxima edición de la Batalla.



   
 ... ¡Y tuvimos nuestro propio trofeo !...






 Este año no puedo hacer crónica de que si marchaba detrás de alguien, si lo adelantaba o me adelantaban, bueno si, adelantarnos muchas veces lo hicieron, juraría que alguno lo llegó a hacer tres veces en la misma tanda, y es que este año la lucha ha sido contra los elementos, los elementos que no han funcionado y los elementos que nos abandonaban en marcha, como los tornillos de la quilla y el reposapié o la protección de mi bota. Este año sin duda ha sido el más duro de todos, me esforcé al máximo por tener una moto decente para correr y un par de imprevistos nos dejaron en calzoncillos, pero el esfuerzo conjunto de mi hermano y mi primo Cisco, y el de nuestros amigos dentro del box nos permitió llegar a meta y acabar la Batalla, haciendo que esta edición sea para mi, y supongo para los demás integrantes y allegados al Cano Team la edición que más satisfacción nos ha dado, porque nos ha puesto a prueba en el pilotaje y resistencia, si ya es difícil pilotar largo tiempo al límite de tus posibilidades, imaginad hacerlo con una moto que no se tiene frenando o en curva. Porque nos ha puesto a prueba en diferentes situaciones en las que hemos podido abandonar y hemos dicho no, porque nos ha estresado y puesto de los nervios, al menos a mí, antes diferentes acontecimientos en carrera, pero teníamos al lado un grupo humano genial que nos ayudó en todo, en solventar incidentes mecánicos o en calmarte y relajarte con un chiste oportuno o una bebida fría ( que no bebí cerveza, nooo, jajajaja!!).
 ¡Y tuvimos nuestro propio trofeo!, Tomás se trajo su reloj despertador que lo acompaña desde quien sabe cuantos años y que premonitoriamente hace lustros pintó con los mismos colores de JJCobas que nuestra GPX 600, y me la regaló... que detallazo, un regalo que me llegó al alma y se que salió también de la suya, ¡gracias de nuevo Tomás!





           .... teniamos al lado un grupo humano genial....


 Esto parrafada redactada es más o menos de lo que me acuerdo de nuestra participación en la IV Batalla de Clásicas, este año sin duda la más difícil de todas, donde he anotado errores por mi parte que no se volverán a repetir para que el próximo año tengamos una moto perfecta al 99% donde vea a mi hermano disfrutar de ella plenamente y a mi primo pilotarla sin preocupaciones ni estando detrás mía todo el día intentando tranquilizar mis nervios y agobios.
 ¡Nos vemos el próximo año en la V Batalla de Clásicas!




               Junto a la CBR de Mamel Coto



 Robocop en estado puro, bridas en la quilla, en la manga del mono y cinta americana en la bota...


Luigi, Alberto, Pepe....jouer la que tenían organizada en la parte trasera del box...




Mi hermano Mario, mi primo Cisco y nuestro insuperable Tomás, la parte activa del team....




Tumbar con esta moto en la carrera era solo para valientes....